Cuenta la historia que en uno de los encuentros del ejército del Che Guevara y las tropas de Batista, quien tenía una fuerza militar muy superior a las del "comandante", las de éste último tuvieron que subir escalando las laderas de una empinada sierra para ponerse a cubierto. En ese momento el Che se encontraba en uno de los peores accesos de asma. sufridos por él hasta el momento, tal es así que un compañero tuvo que cargarlo sobre sus hombros para evitar que fuera capturado. Luego de un momento de persecución, el ejército de batista comenzó una fuerte arremetida con morteros y ametralladoras.
En ese momento el Che Guevara, olvidando su falta de aire y malestar comenzó a correr, adelantándose incluso a sus compañeros, superando la cima y encontrando un lugar seguro.
Arazón de este hecho el Che Guevara solía bromear... "No hay mejor tratamiento para un ataque de asma que el fuego del enemigo..."
Blog de Teroría y Práctica del Currículum.
Por Paloma Ortiz López
jueves, 3 de marzo de 2011
El asma en las clases de E.F.
Hoy hemos presentado en la clase nuestro trabajo: el tema era Cómo tratar a los alumnos con asma en nuestras clases de Educación Física.
Como soy asmática, este tema me iba como anillo al dedo, aprovechando mi situación, hemos enfocado este trabajo en base a mi relato, haciendo una comparativa entre el caso real y el qué nos dice la teoría. Interesante a mi parecer y creo que interesante también para los compañeros que han podido apreciar cuáles son los sentimientos y pensamientos que tiene un asmático al enfrontarse a una crisis aguda y a una clase de E.F. en general.
Voy a comentar por encima el relato que hemos introducido en nuestra exposición, pues, como ya he dicho, creo que puede resultar interesante para los compañeros/as:
Me diagnosticaron esta enfermedad cuando tan sólo era un bebé, disfruté las clases de E.F. normalmente, y mis padres (pese a que la teoría nos dice lo contrario) no comentaron al profesor mi enfermedad para que no me sintiese especial, bajo ningún concepto, ya que no tenía ningún problema en realizar las clases con total normalidad.
Me sentía totalmente integrada y de hecho, como ya todos sabéis o por lo menos podéis suponer, disfrutaba con el deporte y la actividad física, nadie (o casi nadie) sabía que yo padecía dicha patología.
Todo cambio cuando llegué a la facultad y me encontré con el problema que nunca había tenido, no podía continuar con algunas clases, sobretodo cuando se trataba de la asignatura de bases perceptivo-motoras. Ese hecho desencadenó que algunas personas, siempre sin ninguna mala intención, empezaran a ponerme el distintivo de asmática, cosa que nunca me había pasado. Este hecho me hacía sentir mal, diferente, como si tuviera alguna minusvalía.
Por esto debemos tener en cuenta, y esto es lo importante, que debemos EVITAR el que al alumno le ocurra lo mismo que a mi me ocurrió en aquel momento, y que si a mi, me ocurrió con 18/19 años y ya me afectó, cuanto más en edades tempranas donde las cosas adquieren una importancia sublime. El alumno/a puede rechazar su enfermedad y ésto ocasionar una frustración que conlleve en que pueda abandonar la práctica de actividades físico-deportivas, hecho que no nos interesa desde ningún concepto.
Como soy asmática, este tema me iba como anillo al dedo, aprovechando mi situación, hemos enfocado este trabajo en base a mi relato, haciendo una comparativa entre el caso real y el qué nos dice la teoría. Interesante a mi parecer y creo que interesante también para los compañeros que han podido apreciar cuáles son los sentimientos y pensamientos que tiene un asmático al enfrontarse a una crisis aguda y a una clase de E.F. en general.
Voy a comentar por encima el relato que hemos introducido en nuestra exposición, pues, como ya he dicho, creo que puede resultar interesante para los compañeros/as:
Me diagnosticaron esta enfermedad cuando tan sólo era un bebé, disfruté las clases de E.F. normalmente, y mis padres (pese a que la teoría nos dice lo contrario) no comentaron al profesor mi enfermedad para que no me sintiese especial, bajo ningún concepto, ya que no tenía ningún problema en realizar las clases con total normalidad.
Me sentía totalmente integrada y de hecho, como ya todos sabéis o por lo menos podéis suponer, disfrutaba con el deporte y la actividad física, nadie (o casi nadie) sabía que yo padecía dicha patología.
Todo cambio cuando llegué a la facultad y me encontré con el problema que nunca había tenido, no podía continuar con algunas clases, sobretodo cuando se trataba de la asignatura de bases perceptivo-motoras. Ese hecho desencadenó que algunas personas, siempre sin ninguna mala intención, empezaran a ponerme el distintivo de asmática, cosa que nunca me había pasado. Este hecho me hacía sentir mal, diferente, como si tuviera alguna minusvalía.
Por esto debemos tener en cuenta, y esto es lo importante, que debemos EVITAR el que al alumno le ocurra lo mismo que a mi me ocurrió en aquel momento, y que si a mi, me ocurrió con 18/19 años y ya me afectó, cuanto más en edades tempranas donde las cosas adquieren una importancia sublime. El alumno/a puede rechazar su enfermedad y ésto ocasionar una frustración que conlleve en que pueda abandonar la práctica de actividades físico-deportivas, hecho que no nos interesa desde ningún concepto.
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